Paula Navarro: Fotógrafa autoral en calle y retratista, tallerista en el área fotográfica, fundadora de la comunidad de fotógrafas MIRAM. Aportado también con su trabajo en libros impresos tales como “10 años de la Corporación Humanas” y Bél Fanm (Mujeres Migrantes Haitianas en Chile). Su trabajo ha sido mostrado en países como Alemania, a través de la revista impresa llamada Soul of Street y en plataformas online de diversos países de Latinoamérica.Ha realizado exposiciones presenciales dentro del país.
Hija orgullosa de madre soltera, nací un 31 de Enero del 1981, en Santiago de Chile, nunca conocía a mi padre.
Criada por una madre maravillosa, de corazón noble, luchadora, honrada, humilde, fuerte, sencilla, cariñosa. Ella me enseño valores invaluables, me apoya en cada paso dado, es quien me entrega energías positivas, quien confía en mis decisiones, creyendo siempre en mis sueños.
ES POR ESO QUE EN HONOR A ELLA, ME APELLIDO FOTOGRÁFICAMENTE PAULA NAVARRO.
La fotografía me atrajo siempre, desde muy pequeña veía a una tía muy querida que andaba con su cámara de fotos análoga, de esas Kodak delgadas, sacando fotos familiares, eso llamaba mucho mi atención, más aún cuando las revelaba y yo podía revivir esos instantes o viajar a ellos e incluso imaginarme como fueron a través de la imagen que en ellas se había plasmado, era grandioso!
En ese tiempo nunca pensé en ser fotógrafa y dedicarme a esto de manera profesional, más bien quise comprarme una cámara para retener momentos familiares, pero pude hacerlo recién como a los 20 años, con mi primera cámara de rollo, luego con los años una digital compacta.
A mis 26 años conocí a alguien que me hizo una pregunta clave, hablábamos de trabajar en aquello que nos hacía feliz, y él preguntó, que era aquello que me gustaba hacer a mí, no el deber ser, si no aquello que me daba alegría y respondí sin pensarlo, desde las vísceras, que lo que más me gustaba era hacer fotos, entonces esta persona me dice, ¿y por qué no te dedicas a eso? Ese momento fue trascendental, al hacerme una sencilla pregunta, con una sencilla respuesta, cambió mi vida para siempre.
Ingresé a fotografía periodística en Instituto Alpes, 2 semestres en el año 2009, por tiempo e incompatibilidad con mi trabajo de ese momento tuve que congelar. Luego en el 2011 retomé los estudios en Instituto Los Leones, aquí a través de un concurso fotográfico gane un semestre de estudios para el año 2012 becado. Estuve solo 3 semestres y también tuve que congelar, me cambiaron el sueldo y los horarios de trabajo, por lo que no pude compatibilizar para poder seguir la carrera.
Fue triste esta decisión, siempre he pagado mis estudios, no quise postular a préstamos que después tendría que pagar eternamente.
Decidí seguir aprendiendo por mi cuenta, me transforme en autodidacta.
Alimenté mi curiosidad, mi ojo y lo sigo haciendo hasta ahora, leyendo artículos relacionados con la fotografía, acercándome a personas que tienen mayor conocimiento que lo comparten. Comencé a mirar el trabajo fotográfico de otros referentes, adentrarme en el mundo de la pintura, el cine, asistí a talleres y seguí haciendo fotos, practicando y practicando, equivocándome.
En el año 2013, antes de entrar de lleno al mundo de las redes sociales Facebook e Instagram y mostrar mi trabajo fotográfico callejero, fui contactada e invitada por una persona que vio mi trabajo en Flickr, a realizar una exposición fotográfica y mostrar mi manera de mirar el mundo. En un vagón de tren antiguo, ubicado al costado de la Biblioteca Nacional, que está trasformado en biblioteca, todo esto auspiciado por Biblio Metro, fue mi primera exposición, sin duda, un gran momento.
Hubo un tiempo en que me sentí muy agobiada por no poder continuar con mis estudios. Antes de volver de lleno a la fotografía, fueron los grupos de Facebook quienes me incentivaron a compartir mi trabajo, a recibir críticas para mejorar, lo que me sirvió para conocer como recibían las personas mi tipo de fotografía, que ya tenía un marcado rasgo social y político.
Comencé con Sociedad de Fotógrafos Muertos, quizás porque yo quería que esa parte tan importante de mi no se muriera, y necesitaba revivirla de alguna manera, fuera de mi círculo de amigos. Comencé a compartir mis imágenes y fue muy motivador, gratificante, recibir buenos comentarios, generar debates y hablar de fotos. Luego pase por varios otros grupos, en realidad tuve buenas experiencias en todos, con el tiempo fui invitada a compartir la administración de Puristas, aquí forme hermosos lazos y comencé a salir en grupo a fotografiar la calle, tímidamente me fui soltando y viendo que este mundo me era muy cómodo y podía fluir muy bien, me fui reconociendo yo misma en los demás, en quienes fotografiaba, fui reconociendo mi humanidad y también mi parte fea, esa que a veces no nos gusta y escondemos por temor o miedo al ridículo.
Con el tiempo conocí a Rincón Patrimonial Chileno, junto a ellos muchos domingos entre los años 2015 y 2016 salí a recorrer las calles de Santiago, a conocer su historia. Ellos fueron muy importante para mi crecimiento como Fotógrafa, conocí aquí a hermosas personas.
Con el tiempo y las publicaciones varias en redes sociales, el encargado de Espacio Arte Escondido, me mando una propuesta, realizar talleres de fotografía básica y si mi respuesta era positiva que le enviara una presentación con mi idea de taller, creo que era lo que estaba esperando, sentí que era una nueva oportunidad de mostrar y enseñar lo que había aprendido hasta ese minuto y no pretendía perder la ocasión de compartir este conocimiento con otros, arme una idea y luego la envíe, justo como respuesta a lo anterior, para mi cumpleaños el 31 de Enero del 2015, me llama el encargado del Espacio y me dice que mi proyecto fue aprobado y que comenzaba a realizar mi taller desde Marzo de este mismo año, adicionalmente Rincón Fotográfico Chileno me ofrece ser la primera entrevistada de una serie de capítulos donde pretenden rescatar el trabajo de fotógrafos callejeros anónimos, donde podamos mostrar imágenes y como llegamos a ellas en calle, ese capítulo fue todo un éxito, después de eso han llegado más entrevistas y publicaciones, por lo que les estoy enormemente agradecida de todos quienes han confiado en mi trabajo fotográfico y en mi manera de compartir mi particular manera de mirar la vida.
«Hay mucho que contar entre el 2015 y 2018, les invito a revisen la página web»
Hablando de hitos importantes en mi vida, no puedo dejar de contarles que en el año 2018 fundé una comunidad de fotógrafas, llamada Mirada de Mujer, MIRAM. Junto a este primer grupo de 11 mujeres que confiaron en mi invitación a realizar una exposición colectiva para conmemorar el 8 de Marzo, nació algo que transformó mi vida para siempre, aprendí a gestionar espacios para exponer, a trabajar para otras fotógrafas, a que brilláramos juntas, a hacer y ser comunidad.
Para terminar, ¿por qué me gusta la fotografía de calle?, porque me gusta la gente anónima, me llama mucho la atención esa persona desconocida por los medios, esa gente que está a nuestro lado a diario y todos nosotros pasamos por alto, por la rapidez de la vida, por la cotidianidad, por la falta de tiempo que muchos dicen tener, yo hago un trabajo personal de reconocerme en el otro, en quien fotografío, porque me gusta el patrimonio humano vivo, arquitectónico también, la diversidad de culturas o la falta de esta y como estamos supuestamente evolucionando.
«Esta historia continuará…»